Agua, energía y precariedad de la vida









Por Lucía Gorricho y Mascaró Cine*



El aprovechamiento de la fuerza del agua de los ríos, permite obtener energía eléctrica. Las represas son construidas con el fin de abastecer de energía a las sociedades industriales y se han legitimado por los Estados y los medios de comunicación, como garantía de modernidad y desarrollo. Se ha justificado la construcción de las mismas argumentando la posibilidad de “obtener energía limpia” y la ventaja de utilizar un “recurso natural renovable”. Si bien es cierto que las represas no implican los habituales derrames tóxicos que ocasiona la extracción de petróleo, y que el agua circula por la biosfera a través de un ciclo perpetuo, la obstrucción de los ríos con el fin de embalsar cuerpos de agua, genera desastres ambientales y sociales de dimensiones extraordinarias sobre amplios territorios.
Los impactos de las grandes represas han sido tan obscenos que dieron origen a la creación de nuevos estudios técnicos que se han popularizado como “Evaluaciones de Impacto Ambiental” (EIA). Los mismos también se aplican para otros emprendimientos extractivos/productivos y se utilizan como herramientas políticas para maquillar las tragedias socioambientales que crean los grandes emprendimientos económicos en zonas estratégicas para el saqueo neocolonial. En estos informes, los impactos negativos como la alteración de los biomas lindantes, el cambio climático en la zona, la pérdida de fertilidad de los suelos debido al estancamiento de sedimentos, el aniquilamiento de especies vegetales y animales, y las miles de personas desplazadas, con el consecuente empeoramiento de su calidad de vida, rara vez son tenidos en cuenta. Desde el poder se ha sistemáticamente minimizado la importancia de las “externalidades” (lo no esperado dentro de los objetivos económicos) y mucho menos se ha escuchado y difundido directamente a la población afectada.



El caso de Yacyretá



La represa Yacyretá extrae la energía del río Paraná. Se ubica entre Argentina y Paraguay en una isla del mismo nombre, que en Guaraní significa: “donde brilla la luna”. El protocolo inicial se firmó en 1925 en EEUU, pero el origen se remonta a 1973 cuando los presidentes Stroessner de Paraguay (dictador militar que estuvo 35 años en el poder ) y la vicepresidenta de Argentina Isabel Martinez de Perón (en funciones ante una enfermedad de su marido), forman la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y redactan un tratado de común acuerdo. El argumento político del momento, fue la necesidad de paliar el déficit energético que se estaba atravesando a nivel mundial y que se conoció con el nombre de “la crisis del petroleo”. Esta entidad que está vigente hasta nuestros días, tiene desde entonces “capacidad jurídica, financiera y administrativa, y también responsabilidad técnica para estudiar, proyectar, dirigir y ejecutar las obras que tienen por objeto poner en funcionamiento la hidroeléctrica y explotarla como una unidad desde el punto de vista técnico económico”(efectos previstos en el artículo 1 del tratado). Durante el último gobierno militar de Argentina (1976/1983), se configuró el proyecto definitivo y se licitaron los principales contratos. El presupuesto destinado para la construcción se excedió varias veces en diferentes planificaciones, y dio lugar a varias denuncias escandalosas por corrupción. Funcionarios del EBY han sido condenados por malversación de fondos y por especulación con información privilegiada, al comprar tierras en los terrenos que luego serían inundados con el fin de obtener indemnizaciones que debían pertenecer a los propietarios históricos, cuando estos territorios se expropiaran.

La construcción de Yacyretá se está realizando por etapas. La primera se empezó en 1983 (vuelta a la democracia de Alfonsín en Argentina) y en 1998 comenzaron a funcionar las 20 turbinas programadas en el proyecto inicial.

En el área cubierta por el nuevo lago artificial vivían antes de la obra unas 80 mil personas que fueron expulsadas de su territorio (de las cuales 60 mil son del lado paraguayo). Algunas fueron relocalizadas y otras todavía están esperando que la Entidad Binacional Yaciertá los reciba.

En febrero de 2004 los presidentes de Argentina y Paraguay, Néstor Kirchner y Nicanor Duarte Frutos, firmaron en Buenos Aires los pasos formales para la finalización de las obras de la represa de Yacyretá y destinaron un nuevo presupuesto de 45 millones de dólares.

De la energía que se genera en esta represa corresponde el 50% a Paraguay y el 50% a Argentina. Sin embargo, el pueblo Paraguayo sólo utiliza menos de un 5% de esta producción y vende el resto al exterior. A pesar de que el precio en el mercado sería de entre los 80 y 100 dólares por megawatt/hora, a Paraguay se le paga sólo 8 dólares por megawatt de la energía que “vende” para Argentina.



La lucha contra la represa en Paraguay es una lucha por la supervivencia



Julia Vilealba vive en la ciudad de Encarnación en el barrio Mboí Caé, una de los barrios afectados por la inundación del río Paraná. Es delegada de Fedayin (Federación de asociaciones y organizaciones de afectados por la represa Yacyretá de Itapua y Misiones) y representa a las personas que no fueron atendidos por la EBY. Son familias que piden la indemnización que les corresponde porque la represa inundó sus casas, y en muchas ocasiones significó además, la pérdida de la fuente de trabajo. Según ella, desde el 83 hasta la actualidad, el problema se ha agravado porque se fueron triplicando las familias: pasaron casi 30 años y las mujeres de 14 años ya tienen hijos, por lo tanto, se han creados nuevas familias aparte de las censadas en el momento de establecer el proyecto. Las zonas directamente afectadas por el embalse son: Posadas, Garupá e Ituzaingó en Argentina y Encarnación y Ayolas en Paraguay (ver mapa).



La entrevista que sigue a continuación, se hizo en el marco del Segundo Taller realizado en la Triple Frontera en Ciudad del Este (Paraguay) en Octubre del año 2009. El día anterior, Julia había hecho una intervención ante compañeros y compañeras de diferentes organizaciones políticas y sociales de Paraguay, Brasil y Argentina. En la misma nos explicó la terrible situación que están atravesando las familias que fueron relocalizadas y expuso también la realidad de las familias que no han recibido ningún tipo de resarcimiento económico. Ella, al igual que miles de personas que habitan la zona, piensa y habla en Guaraní (su lengua materna). Sin embargo, hace un profundo y valiente esfuerzo para hablar en español (la lengua de sus conquistadores) y así poder comunicarse con organizaciones hermanas y defenderse de la mega empresa hidroeléctrica.

Nota: la entrevista se transcribe textualmente sin hacer modificaciones de estilo ni de estructura del lenguaje.

- ¿Qué problemas ocasiona relocalizar a la gente afectada por Yacyeretá?



El primer censo de Yaciretá fue hecho en el 79 / 80 (la carpeta roja que se dice) y la primera relocalización por la represa fue en el 1995. Ahí cobraron una parte de los oleros y tejeros. Y quedó gran parte todavía sin relocalizar. Ya pasaron casi treinta años. Hay muchos problemas sin resolver todavía desde Encarnación hasta Ayolas. Nosotros hacemos trabajo de campo y vemos la situación de la gente que no fue atendida. Su casa está totalmente el lugar bajo el agua. Salieron de zona y se trasladaron más arribar armando como pudieron su casita más arriba del agua y están esperando todavía una solución para su problema.



- ¿No les dieron materiales? ¿No les dieron nada?



No nada. No los atendieron. Están esperando todavía solución, una vivienda digna. Como corresponde.



Esperan pero también luchan. ¿No?



Están luchando como nosotros. Cada pueblito tiene su dirigente , pero estamos trabajando todos juntos coordinadamente. Hacemos trabajo de campo y vemos la situación de los que no fueron atendidos hasta hoy. Vemos los barrios que no fueron atendidos. Hacemos relevamientos de datos con otras organizaciones. Vemos si fueron atendidos y todavía no fueron atendidos. Esa es nuestra lucha: por conseguirle algo a nuestra gente. Que se la atienda.



¿Cambió algo con el gobierno de Lugo?



Yo le veo muy difícil al presidente Lugo. A pesar de su buena voluntad la estructura que le rodea hasta ahora, son gente que trabajó con el otro gobierno. Y esos son lo que están trabando todo de nosotros. Si vos no estás con ellos, te quedás afuera. Esa es la realidad. Y están toditos todavía en el gobierno la gente que trabajó con el otro gobierno. Entonces esas son las trabas que tenemos. Incluso en Yacyretá. Personales viejos que trabajaron, que son personales antiguos de hace 15 a 20 años. Cada licenciada tenía su trabajo en cada barrio. Una licenciada para un barrio, otra licenciada para otro barrio. Pero son gente que están 15 a 20 años. Que conocen como la palma de la mano cada barrio y esos están todos todavía. Nosotros presentamos reclamos pero se van a dormir ahí los papeles.



Vos denuncias la precarización de la vida de la gente que fue afectada por Yacyretá. ¿A qué te referís? ¿Cuáles son los problemas cotidianos que enfrentan?



Los problemas de nuestra gente se agravaron y cada día está peor. ¿Por qué? Porque yo empiezo de Encarnación. Todos los barrios alrededor de Encarnación están en la misma precariedad. Las fábricas en donde trabajaban ya fueron sacadas en su totalidad. Toda la gente está en la misma situación. Ya no tienen fuente de trabajo ni nada. Absolutamente nada. Increíble la gente que tenía su trabajo en su casa: ahora están saliendo a rebuscarse por la calle y algunos en el basural. Y eso nunca pasó antes de la represa a nuestra gente por más pobre que sea. En Mboí Caé había tejería y olería (fábrica grande de tejas que se usa para el techo y ladrillos comunes). No tienen estudio, no tienen otro oficio. No están preparados para ir a vivir en una vivienda porque perdió su trabajo y no sabe hacer nada. Lo único que sabían hacer eran tejas y ladrillos y los hijos que crecen, otra vez hacen lo mismo. No están preparados para ir a vivir a otra vivienda.

Tiene su cancha grande y hace ponele dosmil adobe (el ladrillo después de quemar). Si llueve le pone una tapa y tenían el Paraná ahí no más para sacar pescado gratis. Cualquier criatura te sacada dos o tres kilos en un ratito. Si no querías pescado, vendían y compraban carne. En una casa, si vos le mirás es feo, pero montones de criaturas, hay ocho, diez o catorce hijos viviendo con su padres. Trabajaban juntos y medianamente vivían bien. No hacía falta pagar pasaje para ir al centro y preocuparse. Porque ahí nomás, tenían su pescado gratis, tenían gallinas, chancho, vacas en su casa y vivían medianamente bien. Comían bien.

Pero sin embargo, ahora tienen una linda casita pero no tiene trabajo. No tiene de qué vivir ni de qué pagar el gasto de la vivienda. Nada de qué vivir. Y si vive de changas, ¿Cómo va a pagar luz o agua? Que sí o sí tenés que pagar porque si no te cortan. Esa es la precariedad. Si de algo hay que vivir. El problema ahí lo tienen las chicas, porque aparece la prostitución. La prostitución masiva. Impresionante las chicas como tienen hijos desde los trece o catorce años. Y si no tienen de qué agarrarse. Porque si trabajás de personal doméstico, ganan doscientos mil mensual. La mitad o más de la mitad, se la gastan en colectivo. No queda más alternativa que la prostitución. Los que pueden robar, roban. Porque no hay otra.



¿En qué situación están ahora? ¿Cómo pensás que hay que seguir?



No hay que dejarse estar. Porque si vos te dejás estar en tu casa sin protestar los que no se mueren, se van a quedar como esclavos. Es como en las películas que antes se compraban los esclavos para trabajar por un plato de comida y nada más. Los que no se mueren van a quedar así. Entonces acá tenemos que organizarnos y unirnos y seguir la lucha. Por un bienestar mejor para nuestros hijos. Esos son los que van a ir quedando. Y queremos una vida mejor de lo que está dejando esta mierda de la represa. Porque antes vivíamos mejor.





Si bien la historia de la represa de Yacyertá es una historia de delitos, ineficiencia, corrupción, clientelismo y ganancias capitalistas millonarias, también es una historia de luchas y resistencias. En el noreste argentino y en el sur paraguayo se han realizado cortes de ruta, huelgas de hambre y movilizaciones masivas para defender el territorio y alcanzar el sueño de una vivienda digna.

Julia es una de las miles de personas afectadas que no ha bajado los brazos y que se está organizando, derrumbando los límites que imponen las fronteras. Comunidades enteras paraguayas y argentinas buscan defender el derecho al territorio, es decir, el derecho a la vida. Multiplicar las voces de los afectados y las afectadas por las represas es nuestra tarea. Denunciar para saber. Saber para luchar. Luchar para transformar. Gracias Julia por el ejemplo.



* Lucía Gorricho es Feminista Inconveniente y colaboradora del Instituto de Investigación y Formación de Movimientos Sociales Latinoamericanos. El grupo de Cine Mascaró es parte del equipo que está registrando en forma audiovisual la experiencia de los talleres en la Triple Frontera.



Fuente mapa: http://yacyreta.info/www

Fotos: elaboración propia.



Bibliografía:

Anzolín Adriana. “Lazos Verdes. Nuestra relación con la naturaleza”. Editorial Maipue. 2006

Agosto, Patricia y Vidal, Martín. “Yacyretá:¿Tierra donde brilla la luna?” y Longo Roxana. Panorama Energético de la región”. Triple Frontera. Resistencias Populares a la recolonización del continente. CIFMSL. 2008.

Diario Clarín. Edición on line. 24/2/04

Diario La Nación. Edición On line. 28/07/2010

http://www.prensadefrente.org

http://www.eby.org.ar/

http://www.oni.escuelas.edu.ar

http://www.redeco.com.ar

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